11 dic 2014

ROMA Y ESPAÑA, CAIDA Y SIMBOLOS

La decadencia de Roma y la de nuestra enferma sociedad tienen más en común de los que muchos se han parado a pensar.
Partiendo de que la historia es cíclica llegamos al entendimiento, en el que volvemos a ese bucle de inmoralidad, de inhumanidad, de pérdida de valores que hacen que el ciudadano se sienta tan indefenso por parte de su país, que lo único que puede hacer es vagar por sus pensamientos maltrechos, sin poder arrojar el más mínimo ápice de luz a su servil existencia.
Debemos recordar que en los últimos años del imperio Romano, acechado por doquier por las hordas bárbaras, que ponían a la sociedad cuna de la civilización a los pies de los caballos.
Como los que debían velar por Roma se dedicaban a saquear, a robar, a malear, no tenían capacidad organizativa ni intelectual de salvar su civilización.
De hecho los últimos emperadores se disputaban el lugar de ser Cesar en subastas al mejor postor.
Pagos que iban a las guardias pretorianas y al vil servilismo, después de unos meses quitaban al postor del medio con espadazo al canto y volvía otra vez la subasta.
¿Os recuerda en algo a lo que vivimos en estos días?.
Con la salvedad que las subastas por la poltrona de hoy en día se hacen vía urnas.
Empeñados aquellos y estos en acabar con su civilización y forma de vida, lo primero era acabar con toda señal que pudiese recordar al pasado, por poner un ejemplo hoy en día con la "TAUROMAQUIA " y demás signos de borrar cualquier memoria o resquicio que pudiese quedar, lo que sería la locución latina
" Damnatio memoriae" o condena a la memoria, pues si un pueblo pierde su identidad y memoria, es un pueblo zombificado y condenado a la vil desaparición.
De ahí que... La TAUROMAQUIA moleste tanto en los lobbys de control de masas.
Debemos no dejarnos dormir en los laureles, y poner las cosas en su sitio... o tan poco le queda a la TAUROMAQUIA como a nuestra sociedad.

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